jueves, 30 de diciembre de 2010

Tengo unas ganas tremendas de partirte en dos.
La primera parte para dejarte ir, para que hagas lo que quieras con ella, lo que estás acostumbrado a hacer. Para que la ocultes.
La parte que queda la quiero es mía, para cargar con ella como un llavero. Tenerte todo el tiempo para hablar de ti y de mi y no sentirme sola. Para no tener que recordar historias y luego pensar si te las diré, sino simplemente decirlas, sin miramientos, en el justo momento en el que se me vienen a la cabeza. Quiero llevarte conmigo a todas partes. No preocuparme si te quedas o te vas porque llevaré conmigo tu ausencia y tu presencia.

lunes, 6 de diciembre de 2010

DE VERDAD LA RISA...


¿DE QUÉ ME RÍO?
Me río de lo mismo que tú. Me río de lo absurdo y ridículo que se tornan los días.
... de los ciclos que pretendemos cerrar, de la cara de estúpidos que le ponemos a la crisis personal.
... de los dolores de cabeza por la contención de palabras ofensivas que, más que ofensivas, son redentoras.
... de nuestros ojos ocultos entre las fotos y los pañuelos-sabanasanta llenos de lágrimas y mocos.
... el paso lento al trabajo camino a la hoguera: nuestro tedio auto impuesto para recibir la comunión de que somos parte del todo y el todo nos invade a voluntad propia
... el eterno juego de adultos que nos reviste de infantes jugando a crecer sin lograrlo
... el dolor de los días por sabernos quienes somos y no evitarnos.

Me río del no sé que que tienen los días de falso e hipócrita llanto; de las estúpidas bienaventuranzas de Nuestro Señor y esa porquería que nos embarra su Sufrimiento medido en oraciones elevadas con el Espíritu Santo, el mismo Espíritu volátil que algún soldado del medioevo o militar de nuestra fuerza ideo-terrena ocupacional mató.



SENTIR NADA

¿Qué se siente sentir nada; subir los hombros y esconder bajo el arco de la ceja las palabras, ignorarse a sí mismo y al mismo tiempo susurrar dulces mentiras?

¿Qué se siente sentir nada; exhalar con el humo la última presencia de aire e ignorar que se está muriendo?

Sí sé lo que se siente sentir, sé que el tiempo es falso, continuo, redondo y que siempre nos ataja para darnos la eterna puñalada. Sé que somos Sísifos inherentes llevando a cuestas la misma piedra al monte, la piedra a la que nosotros mismos nos condenamos.

Lo cierto es que sentir nada o sentir en exceso es lo mismo y no podemos separarnos de ello.