Tengo el estremecimiento cálido de no volver a ver... como si esa imposibilidad me trajera una paz momentánea para, de un momento a otro, recuperar la vista y apreciar de nuevo las cosas que no veía por mantener la mira fija a un horizonte sin expectativas, al mismo vacío que yo misma me aventuré esperando respuestas.
Me dejo atrapar por una ceguera a la Saramago: Blanca, llena de luz en la que se descubre la verdad del mundo sin verla. La luz del conocimiento y la espera de un prometedor nuevo ver. Esa es la forma en la que un alma agotada se entrega al futuro, a la nueva vida o, quizás, al reencuentro de la vida pasada.
Es inevitable decir que no se teme, por que sí temo. Es el temor de caminar solo por nuevos rumbos.
ME GUSTA !!!!!!
ResponderEliminarMIR.